jueves, 11 de agosto de 2011

29 días

Su respiración se aceleraba. Retumbaba por todo el lugar como una melodía desesperada. Contrajo su cuerpo sobre su cama. Mantenía los ojos abiertos, volviendo estos de un lado a otro, mientras se llenaban de lágrimas.
Lágrimas de terror.
Suspiró ahogado. Su cuerpo temblaba, su respiración también. Sus ojos, escudriñando todo, se fueron llenando de pequeñas lágrimas. Se recargó contra la pared, pegándose todo lo que podía. Aún así tenía esa sensación recorriendo su piel, viajando dentro de su cuerpo, como si tocara su espalda y la quisiera arrancar fuera y lejos de su cuerpo.
Tuvo un escalofríó. Esa fría sensación recorrió su cuerpo una vez más, ahora seguidas por la tibieza de sus lágrimas cayendo por sus mejillas, que temblaban como el resto de su cuerpo.
Se sintió ahogada, le faltaba aire, le dolía la cabeza, sentía como si fuera a estallar. Pegó su cuerpo aún más contra la fría pared, encogiéndose más de lo que era posible y dejó escapar un sollozo.
La luz se encendió de nuevo, sin quitar esa sensación en su cuerpo.
La voz de la otra única persona presente en el cuarto retumbó en sus oídos, con molestia.
"¿No lo sientes?" Era lo único que podía preguntar. "¡¿No lo sientes?!"  repitió en un llanto ahogado.No, era claro que no lo sentía. Esa sensación de que te observan, corras o te escondas, siempre ahí, detrás de tu espalda, los escalofríos recorren tu columna dorsal, siempre ahí, respirando en tu nuca, mientras tu solo puedes ahogarte en un mar de desesperación y lágrimas.

No, era obvio que nadie más lo sentía.

Una reprimenda, solo eso. Una orden, dio a entender su cerebro cuando esa persona volvió a hablar.

Su cuerpo temblaba, tenía la sensación de que caería una vez que sus pies rozaron el frío suelo. Se sostuvo de las paredes, y llegó hasta el interruptor de luz. Paró en seco.

Otra orden.

Se inclinó hasta tocar con sus dedos el interruptor. Apenas lo rozaron, pero ya quería correr.

Su respiración se volvió a agitar, y sus pies se movieron incluso un segundo antes de haber bajado el interruptor.

Corrió hasta su cama, y se escondió entre las sábanas.

Más suspiros escapaban de su boca. Suspiros ahogados, desesperados por encontrar aire.

Su cuerpo volvía a temblar con la misma fuerza, y sus lágrimas bañaban sus mejillas bajando hasta chocar con el colchón.  Un grito, ahogado, escapó de su boca. Aún dentro de su cama tenía esa asquerosa sensación.

En un movimiento desesperado, su mano bajó hasta debajo de su almohada, sacando de allí una piedra. Se la colocó sobre la frente, intentando normalizar su respiración. Su pecho subía y bajaba arrítmicamente, al tiempo que las sábanas eran absorbidas y expulsadas de su boca al tiempo que inhalaba.

Su respiración fue normalizándose. Su cuerpo había dejado de temblar y las lágrimas sólo habían dejado un rastro semi húmedo en su piel.

Retiró la piedra de su lugar y la encerró en su puño, suspirando.

Un ataque. Había tenido un ataque.

"Por que la vida es una parte de la muerte, y la muerte, una parte de la vida"
Misa Love ~♥~

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